¿ Podéis ver en la imagen, la piel y la pulpa de la naranja ? Ese es el motivo por el cuál comerse una naranja entera es muchísimo mejor que beberse un zumo.

¿Qué nos aporta la piel y la pulpa de la naranja?

FIBRA, SACIEDAD Y UNA ABSORCIÓN MÁS LENTA DE LOS AZÚCARES.

Imaginaos que ponemos un trocito de naranja en un vaso de agua.

Al rato, seguramente, una pequeña parte del zumo de la naranja haya pasado al agua, pero para poder deshacer ese trozo y adquirir todos los nutrientes y todo ese zumo, deberíamos de hacer algo más que meterlo en un vaso de agua, como triturarlo, por ejemplo.

Traslademos esto a NUESTRO SISTEMA DIGESTIVO. Pasa algo parecido. 

Debido a este alto contenido en fibra, cuando nos comemos una naranja entera, podríamos decir que, nuestro SISTEMA DIGESTIVO

«tritura el alimento para adquirir todos sus nutrientes». Durante este proceso, vamos adquiriendo la energía de la naranja lentamente, y es por este motivo  por el que nos aporta, como os decía,  UNA ABSORCIÓN MÁS LENTA DE LOS AZÚCARES Y MUCHÍSIMA MÁS SACIEDAD.

Ahora imaginaos que metemos en un vaso de agua un poco de zumo.

Desaparece al momento ¿verdad? Nuestro SISTEMA DIGESTIVO no necesita hacer nada.

El azúcar del zumo pasa rápidamente a la sangre, generándonos un pico de azúcar ( no es saludable ) y apenas nos aporta saciedad, probablemente, al poco rato, volveremos a tener hambre.

Ahora ya sabéis porqué beberse un zumo no es lo mismo que comerse una pieza de fruta.

Espero que os sirva la información.

Si algún día os apetece un zumito natural de naranja no pasa nada, pero no debería de ser una manera habitual de tomar fruta.